Un alto prelado italiano, Nunzio Scarano, fue detenido y
acusado de fraude y corrupción en el marco de una investigación sobre las
supuestas irregularidades en la gestión del Instituto para las Obras de
Religión (IOR), el llamado banco del Vaticano.
Además de Scarano, exresponsable del servicio de
contabilidad de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA),
que gestiona el inmenso capital inmobiliario del Vaticano, han sido arrestados
un exagente de los servicios secretos de Italia y un intermediario financiero,
informó Efe.
Según fuentes judiciales, se trata del excarabinero Giovanni
Maria Zito, agente de los servicios secretos internos italianos (AISI)
destituido hace algunos meses de su cargo, y Giovanni Carenzio, intermediario
financiero cuya actividad tiene sede en las islas Canarias (España).
Estas detenciones se producen tras la orden de arresto
dictada por las autoridades judiciales de Roma ante la entrada ilegal en Italia
de 20 millones de euros procedentes de Suiza, una operación que supuestamente
el prelado pudo llevar a cabo de acuerdo con el exagente.
Los investigadores sospechan que Scarano, perteneciente a la
Archidiócesis de Salerno (sur de Italia), le entregó 400.000 euros a Zito a
cambio de que éste trajera de vuelta, desde Suiza hasta Italia, 20 millones de
euros pertenecientes a una familia amiga a bordo de un avión privado y que
habían sido confiados a Carenzio.
Aunque las detenciones giran en torno a este caso, desde
hace tiempo la Fiscalía de Roma investiga por supuesta violación de las normas
sobre la prevención del blanqueo de dinero al banco vaticano, al que le fueron
congelados 23 millones de euros de modo preventivo en septiembre de 2010.
Scarano había sido cesado por el Vaticano de todos sus
cargos, después de que se conociera que la Fiscalía de Salerno le investigaba
por blanqueo de dinero por un caso relacionado con cheques justificados como
donaciones de origen poco claro, por un total de 580.000 euros.
Además, ahora la Fiscalía de Roma ha iniciado una serie de
comprobaciones para saber el origen de la ingente cantidad de activos
financieros e inmobiliarios de los que disponía el prelado, quien antes de
convertirse en sacerdote había sido empleado del Deutsche Bank y que
actualmente es titular de dos cuentas corrientes en el IOR.
El abogado del prelado, Silverio Sica, se apresuró hoy a
decir que su defendido aclarará todo con los magistrados de Roma y, acerca de
la aeronave de la que se habla en la supuesta operación de entrada de capitales
que se le atribuye en este caso, que "podría haberse tratado de un avión
de Estado".
El Vaticano también abordó el caso y, en una comparecencia
de prensa, el portavoz vaticano, Federico Lombardi, recordó que Scarano fue
cesado hace más de un mes y que la Santa Sede "no ha recibido aún petición
alguna sobre la cuestión por parte de las autoridades italianas, pero que
confirma su disponibilidad a una plena colaboración".
Lombardi aseguró que no tiene datos de si el papa Francisco
ha sido informado sobre este asunto y explicó que la autoridad vaticana
competente, la AIF, "sigue el problema para tomar, si es necesario, las
medidas apropiadas de su competencia".
Un portavoz del banco del Vaticano insistió, en
declaraciones a los medios italianos, que está "comprometido en la
cooperación con las autoridades competentes" y señaló que el Consejo de
Superintendencia de la entidad ha iniciado "una investigación interna, en
línea con la política de tolerancia cero promovida por su actual
presidente", Ernest Von Freyberg.
Estas detenciones se producen después de que el pasado
miércoles el Vaticano informara de que el papa Francisco había nombrado una
comisión, formada por cinco miembros, que se dedicará en los próximos meses a
investigar todo lo que ocurra en el IOR -envuelto desde hace años en numerosos
escándalos financieros- para una posible reforma.
En declaraciones al diario romano La Repubblica, el cardenal
francés Jean Louis Tauran afirma que el banco vaticano "tiene que ser
reformado" y que éste es el objetivo final de la comisión nombrada por el
pontífice, de la que él forma parte junto a otras cuatro personas.
"En los próximos meses trabajaremos con gran
determinación, pero reservadamente, en el silencio, para delinear un cuadro
convincente, claro y transparente que pondremos al servicio del Santo Padre, al
que corresponde la decisión final", añade.
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